El partido mostró al darsenero mucho mejor parado que su rival de turno, siendo protagonista y apostando a tres delanteros para desnivelar, algo que hizo rápidas diferencias en la cancha.
La defensa visitante no estaba firme y sufría con cada embate, lo que terminó pagando a los 6' cuando una jugada por izquierda terminó con la excelente definición de Matías Alonso para poner el 1-0 parcial.
Un golpazo para los de Arias, que no hacían pie, teniendo problemas para contener en zona de volantes y desbordados atrás.
Luis Urruti fue el encargado de ampliar distancias, con una gran acción individual ante la escasa presión rival y definiendo con tranquilidad para poner el 2-0 a los 15'.
Diego Riolfo controlado, Albarracín que no participaba del juego y Müller apagado, eran factores que hacían que el juego de ataque escaceara en su equipo, mientras que los de Fossati contralaban sabedores de que los espacios iban a aparecer para tratar de rematarlo.
Pero si algo faltaba para que ese primer tiempo se cerrara a puro brillo por el local era el gol de Matías Arezo, que se gestó luego que el delantero aprovechara un error en la salida de Colombino y con buen remate colocara el 3-0 parcial en el Saroldi.
En el complemento River seguía siendo superior en cancha, pero Wanderers trató de lanzarse al ataque con más ganas que fútbol, impulsados además con el ingreso del chileno Christian Bravo, comodín que lanzó Arias a la cancha buscando meterse en el juego.
Y lo consiguió, ya que el trasandino colocó el centro que definió Diego Riolfo para dejar a su equipo 1-3 y hacer revivir el trámite.
De allí al cierre los bohemios salieron con todo en busca de otro festejo que alentara la ilusión de poder al menos complicar a su adversario, pero la más clara que tuvieron fue un tiro libre de Barrabdeguy al palo que evitó cualquier otra sensación de reacción.
Arezo también tuvo la chance de liquidarlo pero tampoco pudo hacerlo y el pitazo de Ferreyra selló el 3-1 que le dio el merecido triunfo al darsenero que sigue en la buena senda.